viernes, 23 de mayo de 2014

Y que le vas a hacer...

Echas la vista atrás, retrocedes un par de años y te presentas en tus 16, en mi caso me comí el mundo, puedo arriesgarme a decir que fue uno de los mejores años de mi vida, mi primer beso, mis primeros chicos y él, aquel que me marco durante los 3 años que le siguen a esta peculiar edad.
Me marcó, y me marcó porque me enseño, me espabiló, de alguna manera me hizo cambiar.
Podría narrar cada minuto a su lado, cada beso, caricia, palabra, enfado incluso podría aventurarme a explicar que sentía cada vez que estaba cerca; pero pasados casi 8 meses sin eso, carece de sentido contarlo tan siquiera recordarlo tiene sentido.
No fue nada pero a la vez lo fue todo, al fin y al cabo todo el mundo pasamos por eso no? Nuestro primer amor, nuestro primer fallo, nuestra primera decepción y finalmente la "gran hostia".
En mi caso fue de las grandes de las que hacen que dejes de creer en que la gente es buena y que nadie haría lo que tu no haces porque te das cuenta de que la gente se centra en ella, se la "sudas" tú y sobretodo el resto del mundo, que no todo el mundo dice la verdad yq eu no todo el mundo va de cara.
Creces, dejas de vivir en el mundo de goma-espuma...
Pero cuando llega ese momento y por fin levantas la cabeza miras a tu alrededor y te das cuenta que has tomado la mejor decisión de tu vida, te ves rodeada de gente que en poco tiempo se a convertido en parte de tu día a día en gente con la que adoras compartir tu tiempo, con gente con la que puedes ser tu, sin importar como seas, tus tonterías o tu pasado y entonces empiezas a sonreir a enfocar tu vida de una manera más despreocupada centrándote en aquello que en realidad deseas y sobre todo sabiendo que aquello que tenga que pasar pasará, no hace falta esperar nada todo llega a su tiempo todo, absolutamente todo, es parte del tiempo... Es entonces cuando te levantas con una sonrisa, sintiéndote feliz, sabiendo que aunque sea por milésimas de segundo eres feliz, tienes todo cuanto necesitas y una sonrisa en la cara todo el día.
Al fin y al cabo es así como me dejé hace ya unos años y hoy puedo decir que, nunca antes había estado mejor.